El curioso caso de las onomatopeyas
Un perro ladrando, cristales rompiéndose, un bebé llorando, las manecillas de un reloj, una bomba que explota. Es curioso como todos estos conceptos vienen asociados a un sonido en concreto y una grafía particular. Guau, crash, bua, tictac, bum.
Nos rodeamos de estas locuciones desde nuestra infancia, cuando el lenguaje es aún simple. Para los niños es mucho más fácil identificar objetos y acciones mediante sonidos característicos. El simbolismo es necesario para el entendimiento del mundo mediante el lenguaje. Así es como los gatos son miaus, los autos son pip pip, y comer es ñam ñam.
Una vez crecemos nos vamos deshaciendo de las onomatopeyas más básicas, pero no dejamos de utilizarlas. Están tan incorporadas a nuestro lenguaje que no requieren ningún tipo de explicación; así pues, decimos que el corazón me hizo pum pum o que alguien está cucú.
Las onomatopeyas añaden expresividad y énfasis a nuestros diálogos y descripciones, son sin duda un recurso muy útil en el lenguaje, incluso pueden llegar a ayudarnos a comunicarnos con alguien que no habla nuestra lengua. Pero, ¿sabías que las onomatopeyas son completamente distintas en otros idiomas?
Es curioso, ¿no es así? Podríamos asumir con cierta certeza que el ruido que hace un plato al romperse es igual aquí que en China, que en la Antártica, o que en Senegal, o que todos sonamos igual al estornudar. Pero cada lengua tiene su propia forma singular de expresar distintos sonidos.
En algunos casos podemos explicar este fenómeno como tan solo el cambio en la escritura de los mismo fonemas. Por ejemplo ñam ñam tiene el fonema /ɲ/, no presente en otros idiomas con el alfabeto latino, por lo que en otras lenguas se utilizan sonidos muy similares y se cambia la grafía: en en italiano es gnam gnam, en danés nam nam, en malayo nyam nyam, en portugués nham nham, en ruso ням-ням (njam-njam).
Por otro lado tenemos el caso contrario; palabras que si bien representan el mismo concepto, no tienen similitud entre sí. Tal es el caso del sonido que hace el agua al salpicar "splash", que en portugués es tchibum, en japonés es びちゃっ(bicha), en koreano es 철푸덕 (cheolpudeok) o 철퍽 (cheolpeok), en alemán es patsch, platsch, klatsch, o schwapp, en francés plouf.
Lo que podemos observar en varios casos es que aunque las palabras no sean parecidas, tienen fonemas en común. Los gatos, por ejemplo, maullan distinto en cada idioma: lo que nosotros en español decimos miau, en inglés es meow, en esloveno es mijav, en persa es میومیو (mioo mioo), en hindi es myaaoo, en bengalí es মিউ মিউ (miu miu), en ucraniano es няв (niav). Como podemos apreciar, todos cuentan con el sonido nasal m o n, de modo que aunque las traducciones no son idénticas, el sonido es reconocible universalmente.
Para ver con más detalle, les aconsejo esta recopilación de onomatopeyas en todos los idiomas.
La incógnita que nos queda es, ¿qué reglas siguen las onomatopeyas? ¿de dónde salieron?
El estudiado lingüista Saussure (Suiza. 1857-1913), considerado el padre de la lingüística del siglo XX, defendía que las palabras onomatopéyicas podrían ser meras coincidencias aleatorias, que evolucionan de palabras no onomatopéyicas, en vez de tener una unión directa entre la palabra y el sonido. Tomaba por ejemplo el inglés y el francés, cuyas interjecciones para expresar dolor son muy diferentes: ouch y aie.
El filósofo Jaques Derrida (Francia. 1930-2004), discutía en cambio que la onomatopeya es un proceso natural, arraigado a la evolución del lenguaje.
Los lingüistas no se ponen de acuerdo, y lo cierto es que no hay demasiados estudios acerca del tema. Pero definitivamente el mejor, o al menos el más gracioso, de todos es la serie de ilustraciones hechas por James Chapman, doctor de la Universidad de Manchester. Sus adorables y divertidos cómics nos enseñan cómo ladrar, roncar, estornudar y hasta aplaudir en diferentes idiomas.
Personalmente, mi favorito es el japonés "pachi pachi" ¿Cuál es el tuyo? ¿Te sabes alguna onomatopeya divertida?
¡Hasta la próxima, sigan curiosos!
Biblografía
How to Snore in Korean The mystery of onomatopoeia around the world. Uri Friedman. 27 Noviembre 2015
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